Capítulo #4

Luego de terminar mi larga jornada, salgo directo al hospital, pero antes de salir una voz me interrumpe.

-Qué tengas buenas noches- Sonríe el señor jefferson.

-Igualmente señor jefferson -Digo educadamente.

-Dime Adams niña, estamos en confianza -Apoya su mano en mi hombro -No te interrumpo más, se nota que va de afán -Retira su mano lentamente de mi hombro.

-Sí, voy a ver a mi hermana -Explicó mientras acomodo mi bolso -Hoy no la he visto -Me excusó por su mirada.

-Oh, entiendo entonces buenas noches -Dice por última vez antes de retirarse.

Tomo el autobús que me deja en el hospital, entro al ascensor y marco el piso de Emm.
Toco delicadamente la puerta antes de abrirla, los ojos de Emm me miran expectantes.

-Hola -Salude mientras dejaba mi bolso en la mesita del fondo -¿Cómo te sientes?-Suspiro casada, estos tacones me están matando.

-Pues me siento mejor ¿Por qué no habías venido hoy?-Pregunta mientras se acomoda en la camilla.

-Sobre eso -Trago saliva -Bueno estoy trabajando en una empresa cómo secretaria, antes de que digas algo pagan muy bien -Suelto una risa y Emm me acompaña -Tengo un buen jefe, pero esto traería en que nos veríamos pocas veces, pero estaríamos mejor -Explicó mientras sus ojos me observan triste.

-Entiendo -Alza su mirada -Está bien -Suspira pesadamente.

-Vamos Emm, no te coloques así me duele verte así pero esto es lo mejor para ambas, es nuestra oportunidad -Digo mientras trago en nudo que tengo en la garganta.

-Vale entiendo -Toma un libro y simula leerlos.

-Te puedo comprar muchos libros, así no notarás mi ausencia -Propongo y sus ojos brillan por la ilusión.

-¿Deberás? -Mira ilusionada.

-Claro que sí, es más puedes hacerme una lista de los que quieres -Digo y ella da palmaditas de la emoción.

-Claro, espera -Busca entre su bolso y saca un plumón y una hoja de papel.
Veo que escribe y al final me da la lista.
¡Uyyy! Sí que son varios.

-Bueno, mañana te traeré la mitad ¿Vale?-Propongo a lo que ella asiente emocionada.
Después de una larga charla, veo mi reloj y son las 11:27 pm, tengo que ir a casa a descansar por lo menos, mañana tengo que levantarme super temprano.
Bajo y me topo con el doctor McLaren.

-Irene-Saluda mientras de acerca.
McLaren si que es guapo, es algo cabello castaño claro con destellos rubios, ojos mieles, cuerpo bien formado, y con una estatura tremenda.

-Doctor -Saludo.

-Hoy no te había visto ¿Sucedió algo?-Pregunta preocupado.

-No, sólo que estaba trabajando y pues es todo el día -Respondo mientras sus ojos me intimida ¿Por qué rayos me intimidan?

-Oh, eso quiere decir que ya no te veré tan seguido -Mete su manos en su bata laboral.

-Pues si, eso quiere decir -Digo mientras siento mi cuerpo pesado, estoy realmente cansada.

-Bueno, me alegra que te esté yendo bien-Dice con una sonrisa de lado. Si que es guapo esté hombre.

-Gracias, pero quiero un favor, y si no lo quieres hacer no hay problema en serio -Digo mientras veo su cara de curiosidad y duda.

-No hay problema Irina -Dice obvio.

-Sí bueno, me gustaría que estuvieras pendiente a Emm ya sabes eres su doctor, pero cualquier cosa que veas fuera de control o algo así me avises sin importar la hora -Paso mi manos por mi pantalón, mis manos están sudando y esto es realmente incómodo.

-Claro, no hay problema, estaré pendiente a la pequeña y traviesa Emm -Sonríe mostrando su perfecta dentadura.

-Muchas Gracias doctor McLaren -Digo cortés

-Dime Ethan -Murmura.

-Claro, gracias ethan-Sonrió y me despido.
Tomo de nuevo de nuevo el autobús y llego a casa, me tumbó en la cama y quedó rendida.

Mi móvil suena y veo que es Mario ¿Qué querrá?

-Buenos días -Saludé.

-Buenos días irene ¿Porqué no llegaste anoche?-Contestó.

-Sobre eso Mario, renunció no iré más al club -Respondí.

-¿Porqué? Entiendo si encontraste otro trabajo.

-Si, encontré uno y sabes qué tengo que estar pendiente de emily

-Me alegra, qué te vaya bien, tengo asuntos que ponerle frente -Dijo apurado.

-Está bien, adiós -Colgué.

Me preparo para el día de hoy, escojo unos pantalones, una blusa negra y los tacones a juego, maquillo mi rostro tapando las ojeras y agarró todo lo necesario para el día de hoy.

Agarró el dinero de emergencia y salgo más temprano de lo habitual entrando a una librería.

Veo la lista y dice "Libro #1:""Melodía en la ciudad", Benjamin Lacombe."

Le pregunto a la muchacha que trabaja en el lugar y me ayuda a buscarlo.

Vuelvo a leer la lista "Libro #2:"El diario ne nikki 12:Un flechazo de lo más catastrófico"

Y así cómo 2 libros más.
Salgo con la bolsa en mis manos y llego a la empresa, ignoro a la secretaria del primer piso y subo directo a la oficina del señor jefferson.

Dejó la bolsa y mi bolso en el escritorio y tocó la puerta para ver que necesita el señor jefferson.
A los dos toques abre con una sonrisa espléndida.

-Buenos dias señor jefferson -Saludo.

-Buenos días Irene, ya te dije que puedes decirme Adams, me haces sentir más viejo -Se carcajea y yo lo acompaño.
Entro a su oficina y veo a una señora más o menos de la edad del señor jefferson y al pequeño Matt.

Matt enfoca sus ojos en los míos, y luego sonríe.

-Abuela esa fue la muchacha que me salvó -Le dice a la señora de cabello rojizo pero no sé le ve nada mal.

-Un gusto -Se levanta de su asiento y se acerca a mí -Muchas gracias -Sonríe, sé ve que es una señora amable.

-No es nada señora jefferson -Me encojo de hombros, me mira con sus ojos almendrados igual a los del joven engreído de ayer.

-Puedes decirme Margaret -Sonríe.

-Está bien Margaret -Digo mientras el señor jefferson sonríe por la escena.

-Bueno Margaret deja de distraerme a la pequeña Irene del trabajo -Bromea -Necesito que revises el correo y me imprimas unas cosas que hay en el -Asiento a sus órdenes.

-Está bien, en un momento vuelvo -Digo dando media vuelta.

-Abuelo quiero un pastel de chocolate -Dice la pequeña voz de Matt.

-Ya voy pequeño deja y término esto por favor-Dice mientras escucho las teclas del teclado.

-Adams aún es muy temprano para que coma chocolate -Regaña su esposa.

-Por favor, son niños -Se defiende.

-Yo puedo ir a buscar el pastel -Me ofrezco, obviamente es mi trabajo el señor jefferson clava su mirada miel en mí -Usted lo ha dicho, es mi trabajo hacer todo lo que usted necesite -Respiro pesadamente.

-Está bien -Asiente.

-Abuelo ¿Puedo ir?-Pregunta curiosamente.
Su abuelo niega, y él pequeño Matt hace un puchero, que tierno es.

-Ya te van a traer el pastel, además tú papá no sabe que estás aquí ¿Quieres ir a verlo?-Pregunta. Él niño parece dudarlo hasta que asiente.

-Puedes llevarlo Irene, te lo agradecería -Asiento a lo qué me dice -Y le llevas el pastel allá mismo -Matt se acerca a mi y lo tomo de la mano maternalmente.
He desarrollado esto por emily.

-Gracias -Dice la señora jefferson antes de cerrar la puerta.

Veo la chica más o menos de mi edad que me mira curisosa.

-Buenos días -Saludo al no saber su nombre.

-Buenos días...-Dice esperando que le diga mi nombre.

-Irene, soy irene-Digo y ella asiente.

-Soy Amelia-Sonrió.

-Amelia está ¿el joven jefferson?-Preguntó a lo que ella asiente.
Toco la puerta dos veces y a los minutos después abre una chica rubia, de algunos veintitrés años muy simpática.

-¿Qué quieres? -Habla chillona y con su labial corrido.

-Necesito hablar con el joven jefferson -Digo educadamente, de esto depende mi trabajo.

-y ¿tú que hablaras con Alexander? -Me mira con odio luego dirige su mirada a niño y luego hace una mueca -Niña aquí no damos limosna a chicas cómo tú, vete con tú bastardo niño -Dice y yo abro los ojos sorprendida por sus palabras.
Estaba dispuesta a ponerla en su lugar pero en eso aparece el joven jefferson.

-¿A quién has llamado bastardo Paulina?-Pregunta enojado, sí había llamado bastardo a su hijo.

-Al niño -Dice y eso aumentó el enojo de su acompañante.

-Lárgate -Dice -Vete y no vuelvas más- Dice entre dientes, la chica lo mira sorprendida por sus palabras.

-Pero Alexander es sólo un niño, no es para tanto -Su rostro de confusión es evidente.

-Pero ese niño que ves ahí y has llamado bastardo es mí hijo -Los ojos de Paulina se abren cómo si de dos platos sé tratasen -Lárgate y no quiero verte más en mi vida -Dice y la chica sale cómo alma que lleva el diablo.

Matt tiene los ojos aguados, Dios ¡Tiene sus ojos aguados!
Entro lentamente a la habitación con un Matt sentimental.
Alexander rodea su escritorio hasta sentarse en su silla giratoria.

-No llores pequeño Matt, vez con tú papá -Digo mientras acarició su suave piel.
Él mira a su papá dudoso de sí ir a acercarse o no.

-No lo sé -Susurra con su manitas limpia suavemente una lágrima que le resbala.

-¿Qué te pasa Matt?-Habla suavemente Alexander, luego se acerca a nosotros.

Yo me enderezo y decido ir a buscarle el pastel.

-Siempre me han llamado bastardo en mi escuela, sólo por qué mamá me abandonó y tú por qué sales en revista de portadas con chicas diferentes.-Dice y me dentengo de un frenon.
Volteó levemente su papá lleva una mirada triste y de enojo a la vez.

-Pero Matt, no lo eres, eres... -Se queda corto de palabras ¿En serio?
Qué clase de papá es y ¿Dónde está su madre? Por que evidentemente la chica con la que estaba de estar no lo era.

Me acerco lentamente a Matt y me agachó a su estatura

-Pequeño y travieso Matt -Llamo su atención -No eres la clase de chico que dicen ser en tú escuela, eres un chico entusiasta lleno de energía, con la sonrisa más sincera que he visto, eres un niño maravilloso -Sonrió para darle más confianza - Eres un gran niño, eres mucho mejor de lo que tus compañeros de escuela dicen, ¡Vamos!¿ dónde quedó aquel niño que conocí en el parque?, aquel niño lleno de vida, que reía por estar divirtiéndose el unos columpios, aquel niño hermoso que le salve su pequeña vida por travieso, no dejes que las palabras de las demás personas te hagan dudar de la maravillosa persona que eres pequeño Matt -Acarició su mejilla mientras él sonríe un poco -Vamos así es sonríe, y si me permites voy a buscarte tú pastel de chocolate -Él asiente repetidamente.

Le doy una mirada de reojo a Alexander antes de retirarme, claramente no sabe cómo actuar cómo un padre.

Bajo al tercer piso y busco el pastel de Matt, y con las mismas subo al ascensor.
Toco la puerta hasta que escucho un "Adelante"

Matt está sentado en unos sillones en silencio, le entregó su pastel y me sonríe en agradecimiento.

-Gracias Irene, eres igual de guapa y amable cómo las chicas de los libros que leo-Sonrió mientras comía lentamente su pastel.
Vaya, si es otro niño lector cómo mi hermana.

-¿Te gusta leer?-Preguntó mientras el fija sus ojitos azul con destellos verdes en mí.

-Si, pero hace tiempo que no lo hago -Suspira pesadamente.

-Bueno espera unos segundos -Digo mientras padre e hijos me ven dudosos y confusos.
Busco la bolsa en mi escritorio y vuelvo a entrar a la habitación con los cuatro libro de emily, no creo que se moleste por prestar uno.

-Mira, aquí tengo cuatro libros que te podrían gustar -Digo sacando cada uno de la bolsa -¿Cuál te llama la atención? -Digo mientras el repasa cada uno de los libros con su mirada.

-Éste -Señala el tercer libro.

-Vaya sí elegiste "Charlie y la fábrica de chocolate"-Digo mientras el asiente agradecido.

-Pero no me lo puedo llevar -Deja de repente su pastel aún lado.

-Cuándo termines me lo puedes devolver, no hay problema -Digo y el asiente sonriente.

-Voy para dónde el abuelo, le voy a mostrar éste grandioso libro -Sale corriendo alegremente.
Meto cada uno de lo libro devuelta a la bolsa y estoy dispuesta a salir hasta que una voz me interrumpe.

-¿Por qué haces esto?-Cuestiona mirándome fríamente, cuestionando cada una de mis acciones.

-¿Hacer qué? -Preguntó mientras sus ojos me ven fijamente.

-No te hagas la tonta de una buena vez -Dice apoyando sus manos en su escritorio -¿Qué quieres?¿Dinero?-Sus ojos me miran de arriba a abajo.
¡¿Es maldito o qué?!
Lo ayudo con su hijo y lo que viene a decirme esto quizás un ¡Gracias! No le queda mal en esté momento.

-¿Dinero?-Río amargamente -Ya entiendo-Me acerco a él -Las personas cómo usted piensa que cualquiera persona que sí sabe cómo ayudar a otras, qué si saben cómo tratar y son amables creen que lo hacemos por dinero -Lo miro desafiante -Por lo menos yo no tengo dinero para botar para el cielo, no tengo carro lujoso ni la mejor vida -Mi ira está al borde -Pero eso lo he adquirido a lo largo de mi vida, y sabe la mala noticia que le tengo -Sus ojos me miran impresionados -Esos modales y el trato hacía una persona, no se compra con el dinero, así que si usted piensa que lo hago por dinero, mi respuesta es NO -Salgo inmediatamente de la habitación sin darle oportunidad de reprochar.

¡Imbécil! Es un ¡Imbécil!

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