Capítulo #2
Al día siguiente busco algo pasable para buscar empleo claro antes pasar por el hospital y darle los buenos días a Emm.
Encuentro una falda tubo, recuerdos vienen a mi mente.
Mamá siempre tuvo una pasión por la moda y siempre me decía que yo era su modelo, fue una de sus últimas prendas hechas, y le tengo un aprecio cómo tal.
La falda la pongo a juego con una camisa básica, y unos tacones de agujas algo desgastados, hace mucho tiempo no gasto dinero en mí, y mucho menos en mi armario son cosas materiales que no tienen importancia, no ahora mismo.
Peino mi cabello haciendo qué se vea más pasable y hago una cola alta haciendo qué luzca bien, con mis pocos maquillajes me maquillo un poco tapando mis espantosas ojeras, colocó unos insignificantes aretes y busco el único bolso que tengo "Formal" o mejor dicho para esté tipo de ocasión.
Tomó un vaso de agua y observó qué todo esté en orden para salir, tomó el autobús que me deja a unos cuántos pasos del hospital.
Marco el piso de Emm y tocó levemente la puerta.
Entro y aún la veo dormida, qué tierna sé ve, de está forma se ve cómo una niña Normal, no cómo una que está luchando día a día contra una terrible enfermedad.
Veo qué todo está en orden el la habitación.
Poco a poco veo cómo va abriendo sus hermosos ojos hasta verme completamente.
-¿Cómo te sientes? -Pregunto inspeccionando todo en ella, su mirada aún es de adormilada pero veo qué está más pálida que todos los días, odio esté tipo de día.
-Un poco mejor-Su hermosa voz inunda la habitación, trata de quitar las sábanas qué están esparcidas por su cuerpo para salir de la pequeña camilla -Necesito ir al baño-Pide ayuda mientras trata de levantarse.
Cuándo por fín quita todo lo que le impedía levantarse, cuándo lo hace se tambalea un poco, la ayudo a estabilizarse y la acompaño, escuchó qué hace sus necesidades, se ducha un poco y luego sale del baño con otro semblante.
-Hoy no me quedaré mucho tiempo-Peino su cabello corto en una trenza de Espiga.
Recuerdo aquellos días en dónde ella adoraba su cabello, era rubio con castaño le llegaba unos centímetros antes de finalizar su pequeña espalda, una cabellera abundante de la cuál hoy queda poca.
-¿Qué sucede?-Pregunta suavemente mientras mueve nerviosamente sus pequeñas manos.
-Buscaré otro empleo para estar más cerca de ti-Sonrió para qué sepa que todo va bien, ella simplemente asiente y me devuelve la sonrisa.
-Está bien-Acarició mis manos -Gracias por todo lo que haces -Sus ojos se aguaron, la entiendo es mucho para su vida, primero mamá muere, segundo mí "padre" hace cómo sí nada fuera pasado y pasa por alto nuestra existencia, y luego esto, tiene que luchar contra algo que ella no decidió, contra algo que ella no pidió para su corta vida.
-Siempre estaré contigo ¿Vale?-Limpio alguna de las lágrimas qué rodaban por su mejilla.
-Lo sé -Susurra mientras se levanta al ver que el doctor entra.
-¿Cómo amaneció mi hermosa Emm?-Es un doctor joven de algunos veintidós años, es simpático y atento con sus pacientes.
-Un poco mejor -Responde mientras sabe lo que le toca ahora, las quimioterapia.
-Vamos, tú saldrás de está -La mira con pesar, y odio esas miradas en mi hermana.
El doctor McLaren le tiene cierto aprecio a mi hermana por el hecho de qué es su paciente más joven, y por lo que ella debería estar en una escuela o jugando y no en una camilla aguantando tanto dolor.
-Sí, y cuándo eso pase conoceré el mar-Sonrió ilusionada ¡Claro que lo conocerás! ¡Joder así sea lo último que haga en está vida!
-Así es, me gusta verte enérgica, llena de propósito e ilusión, así es pequeña Emm, saldrás de está -Y es verdad, cuándo empezaron los síntomas de emily tuvimos la suerte de descubrirlo a tiempo, digo se puede combatir con quimioterapia y tratamientos que llegará el día en que ella pueda estar totalmente sana.
-Bueno doctor sé la recomiendo y la dejo en sus manos -Sonrió y él me devuelve el gesto- Nos vemos para almorzar juntas -Beso su mejilla mientras ella levanta su pequeña mano derecha y la mueve de un lado a otro en forma de despedida.
No me gusta verla en el momento que hacen las quimioterapia por que sé qué ahí me derrumbare y tengo que ser fuerte para afrontar todo esto.
Mi vida no ha sido fácil desde los catorce años, mi padre... ¡Joder! Por que aún lo llamó así, no sé lo merece, no después de todo lo que me hizo, no después de tanto dolor y llanto que pasé por las noches, no después de ver cómo me retorcia del dolor y el simplemente disfrutaba de ello ¡No! No se merece ser llamado así, por qué es un maldito enfermero, maldito sádico.
Bajo por el ascensor y llego al primer piso, camino a paso decidido y llego a la salida, el aire golpea mi rostro ¡Joder! Y ¿Ahora de qué voy a conseguir empleo? No tengo una carrera, no tengo una hoja de vida, no sé que pensé encontrar un trabajo, camine mientras pensaba que haría, digo ¿Quién querría contratar a una inexperta?
Por un tiempo trabajé cómo mesera en un restaurante, y definitivamente no me pagaban lo suficiente para cubrir los gastos de Emm, y era algo que necesitaba, por eso hago lo que hago por las noches lo cuál no me enorgullece.
Sigo pensando, me acerco a un parque, quizás en éste lugar pueda pensar claramente, y al final tomar una favorable opción.
Los árboles se mueven de un lado a otro, el día está fresco,es un ambiente pasivo para pensar, un excelente lugar.
Algunos niños juegan y son contados con el hecho de que la mayoría debe de estar en sus escuelas, veo a un señor ya en su mayoría de edad con un pequeño de algunos seis años.
El niño es castaño con un intenso ojos de color verde, su tes es blanca, sonríe mientras sube a los juegos.
No sé cómo definir aquel adulto mayor ¿Cómo su abuelo? No lo sé, sólo que el señor lo mira con orgullo y admiración.
Veo con entrenamiento mi alrededor, al fondo hay un carrito de helados, al verlo sonrió, era uno de los momentos favoritos de Emm cuándo venía al parque, el heladeros está cruzando la calle, y el chico de ojos verde quiere ir por uno, baja del juego y el señor que está a su cargo está hablando por teléfono, el niño sale a toda prisa y veo que se aproxima a la carretera, lo miro aterrorizada, me levanto a salgo corriendo en tacones ¡Genial! Excelente día para ser la heroína.
El niño cruza sin darse cuenta a su alrededor, a lo lejos viene un carro ¡Dios no! Simplemente corro e intento halarlo pero cuándo intentó hacer eso si tacón se rompe ¿Por qué a mí? Así que no me queda de otra que cubrir su cuerpo con el mío, ensuciando por completo mi blusa blanca, golpeo mi codo al realizar aquella acción, el hombre del auto se detiene y mira si hay algún daño, pero yo simplemente niego, el niño me mira asustado, y le doy una sonrisa tierna.
-Lo... lo siento-Susurra el niño con sus ojitos aguados, Dios qué hermosura.
-No pasó nada-Trato de darle mi mejor sonrisa.
-Pequeño Matt ¿Por qué hiciste esto?-Preguntó el encargado del niño asustado.
-Quería un helado-Dice mientras miraba en dirección al heladero.
-Me fueras dicho-Dice pero sin reproche -Mira cómo quedaste niña-El señor repara mi aspecto.
-No pasó nada -Trato de tranquilizarlo -Aunque así no podría ir a buscar empleo -Digo para mi misma.
-¿Empleo? -Dice el mientras ve mi tacón roto -Cómo lo siento, lo siento muchismo-Su cara es de preocupación.
-No sé preocupe, mañana saldré nuevamente -Digo mirando mi tacón, Genial los únicos que tenía.
-Bueno por la acción de hoy puedes considerarte que tienes trabajo-El señor me sonríe -Mañana pasa a está dirección.
Leo la tarjeta que me extendió el señor "Empresas Jefferson"
-Pero...-Trato de decirle que soy inexperta, no quiero ilusionarme.
-Mi secretaria de confianza acaba de renunciar, necesito a una para mañana -Me Sonrió- Es una forma para agradecerte lo que has hecho hoy por el pequeño Matt -Agarró al niño -Te veo mañana -volvió a sonreír y sé fue.
¡Santo Dios! Pero ¿Qué ha pasado hoy?
Qué día más extraño.
Lo bueno es que conseguí trabajos y pues lo malo es que tendría que ver cómo me presentaré mañana, necesito unos tacones evidentemente.
Antes de pasar por el hospital paso por mi casa y me cambio, veo qué mi codo está bien maltratado pero no le doy importancia y salgo a almorzar con emily.
Al llegar al hospital salgo directamente para la cafetería, compro los dos almuerzos y subo a la habitación.
-Ya llegué -Digo mientras veo que emily sigue haciendo de las suyas, está contándole su último libro al doctor McLaren.
-Hola-Sonrió el doctor.
-Hola-Respondí nerviosa ¿Qué rayos?
No sé podía negar, el doctor estaba buenísimo pero no estaba en condiciones de pensar en mí si no en Emm.
-¿Qué le sucedió a tú codo? -Preguntó y Emm dirigió su mirada a la zona afectada.
-No pasó nada-Trato de evadir el tema -Mira Emm tú comida favorita -Digo mientras a ella se le iluminan los ojos.
Le paso la comida a Emm mientras almuerza alegre.
-Vamos a revisarte ese codo-Me habló cerca ¡Dios! Esté hombre es un evidente pecado, y me encantaría vivir en pecado pero no puedo, no ahora.
-No es nada en serio, se pasará en algunos días -Volteó a dejar mi almuerzo en la mesita qué hay en la habitación.
-Por lo menos deja untarte un pomada para que sé desinflame-Aconsejó. Asentí por que no dejaría de insistir y por que quería comer, no desayuné y tengo hambre.
Salimos de la habitación y me llevo a unas habitaciones de primeros auxilios.
Tomó una pomada y la colocó en mi codo delicadamente, sus manos sí que hacían un buen trabajo.
-¿Cómo sucedió esto?-Preguntó y su mirada se fijó en la mía ¡Joder que bellos ojos!. Trago saliva y me decido a responderle.
-Salvé a un niño y éste fue el resultado-Respondí mientras él guarda la pomada y pone todo el orden, se lava las manos y salimos de la habitación.
-Gracias -Susurre a medida que estábamos de vuelta a la habitación -No quiero más interponerme en tus horas de trabajo -Observó mientras el asiente y da media vuelta y sale a terminar de realizar su labor
Entro a la habitación y Emm está complemente dormida, tomo la bandeja de mi almuerzo y me dedico a comerla.
Se que con ese empleo nuevo podré cambiar en el que estoy ahora, siento que estoy apunto de cambiar mi vida y vaya de qué manera.
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